domingo, 13 de marzo de 2011

DIAGNOSTICO EN LA INFANCIA

principales trastornos que se diagnostican por primera vez en la infancia, la niñez o la adolescencia

RETRASO MENTAL.

Limitaciones sustanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que tiene lugar junto a limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo. El retraso mental va desde leve, moderado, severo o profundo.

· LEVE. Se los denomina los de la “etapa educable” son alrededor del 85 % de las personas afectadas por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años preescolares (0-5 años de edad), tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensorio motoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños sin retraso mental hasta edades posteriores. Generalmente requieren de supervisión, orientación y asistencia, especialmente en situaciones de estrés social o económico desusado. Contando con apoyos adecuados, los sujetos con retraso mental leve acostumbran a vivir satisfactoriamente en la comunidad, sea independientemente, sea en establecimientos supervisados.

· MODERADO. Este grupo constituye alrededor del 10 % de toda la población con retraso mental. Adquieren habilidades de comunicación durante los primeros años de la niñez. Pueden aprovecharse de una formación laboral y, con supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal. También pueden beneficiarse de adiestramiento en habilidades sociales y laborales, pero es improbable que progresen más allá de un segundo nivel en materias escolares. Pueden aprender a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares. En su mayoría son capaces de realizar trabajos no cualificados o semicualificados, siempre con supervisión, en talleres protegidos o en el mercado general del trabajo. Se adaptan bien a la vida en comunidad, usualmente en instituciones con supervisión.

· SEVERO. Durante los primeros años de la niñez adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo. Durante la edad escolar pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. Se benefician sólo limitadamente de la enseñanza de materias preacadémicas como la familiaridad con el alfabeto y el cálculo simple, pero pueden dominar ciertas habilidades como el aprendizaje de la lectura global de algunas palabras imprescindibles para la “supervivencia”.

· PROFUNDO. La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su retraso mental. Durante los primeros años desarrollan considerables alteraciones del funcionamiento sensorio motor. Puede predecirse un desarrollo óptimo en un ambiente altamente estructurado con ayudas y supervisión constantes, así como con una relación individualizada con el educador. El desarrollo motor y las habilidades para la comunicación y el cuidado personal pueden mejorar si se les somete a un adiestramiento adecuado. Algunos de ellos llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrechamente supervisados.

TRASTORNOS DEL ARENDIZAJE.

Implican dificultades para seguir un ritmo escolar normal, en niños(as) que no presentan retardo mental, ni dificultades sensoriales o motoras graves, ni de privación cultural. Estos trastornos provienen de alteraciones a nivel neurológico afectando áreas delimitadas del aprendizaje. Dentro de las causas de las dificultades de aprendizaje, que definitivamente existen o se dan en diversos grados de intensidad; no están únicamente deficiencias físicas, sensoriales, hay que tener en cuenta además situaciones escolares, sociales y de personalidad. La clasificación se distribuye del la siguiente forma:

1. De Lectura

2. De Calculo

3. Expresión Escrita

TRASTORNOS DE HABILIDADES MOTORAS.

El diagnóstico sólo se establece si interfiere significativamente con el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana, y además no se deben a enfermedad médica (parálisis cerebral, hemiplejía o distrofia muscular) y no se cumplen los criterios del trastorno generalizado del desarrollo. También se ven afectadas la memoria de tareas motoras y la integración de funciones motoras. Ninguna de estas funciones motoras puede ser explicada por anormalidades neurológicas permanentes o localizables o por interferencia mecánica. Dentro de éste trastorno se encuentra:

Trastorno de Coordinación del desarrollo. Alrededor del 6% de los niños en edad escolar tienen algún grado de trastorno del desarrollo de la coordinación. Los niños que tienen esta afección pueden:

  • Tener problemas para sostener objetos
  • Tener una forma de caminar inestable
  • Chocar contra otros niños
  • Tropezar con sus propios pies

El trastorno del desarrollo de la coordinación puede aparecer solo o junto con otros trastornos del aprendizaje, como los trastornos de la comunicación o el trastorno de la expresión escrita.

Trastornos de la comunicación: estos abarcan los trastornos de lenguaje expresivo, mixto del lenguaje expresivo-receptivo, fonológico y tartamudeo.

Trastornos generalizados del desarrollo: dentro de estos se encuentran el trastorno autista, de Rett, desintegrativo infantil y de Asperger.

Trastornos por déficit de atención y de conducta perturbadora: estos consideran el trastornos por déficit de atención con hiperactividad, conductual y negativista desafiante.

Trastornos de ingestión y alimentación en la niñez o la infancia temprana: estos abarcan el trastorno de pica, de tmesis y de ingestión en la niñez o la infancia temprana.

Trastornos de tics: éstos incluyen el síndrome de Tourette, el crónico de tic vocal o motor y de tic transitorio.

Trastorno de eliminación: se ubican la encopresis y enuresis.

Otros trastornos de la infancia temprana, la niñez y la adolescencia: estos abarcan el trastorno de ansiedad por separación, el mutismo selectivo, trastorno de vinculación en la niñez o la infancia temprana y el trastorno de movimiento estereotipado.

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