domingo, 13 de marzo de 2011

ENTREVISTA MOTIVACIONAL

Forma concreta de ayudar a las personas para que reconozcan y se ocupen de sus problemas potenciales y presentes. Resulta útil con las personas que son reticentes a cambiar y que se muestran ambivalentes ante el cambio; intenta resolver la ambivalencia y hacer que una persona progrese a lo largo del camino del cambio. Una vez que las personas se desbloquean, dejan la inmovilización de los conflictos motivacionales y recuperan las habilidades y recursos que necesitan con el fin de llevar a cabo un cambio duradero.

En la entrevista motivacional el terapeuta no asume un rol autoritario. Se evita el mensaje de que “soy un experto y voy a decirle que es lo que usted necesita para que le funcione su vida”; la responsabilidad para el cambio se deja a manos del individuo, nuestros pacientes son siempre libres de aceptar nuestros consejos o no. El terapeuta busca crear una atmosfera positiva para el cambio. El objetivo global consiste en aumentar la motivación intrínseca del paciente de manera que el cambio surja de dentro más que se imponga de fuera. Cuando enfoque se aplica adecuadamente, el paciente presenta las razones para cambiar y no el terapeuta.

CINCO PRINCIPIOS GENERALES

1. Expresar una empatía

· La aceptación facilita el cambio

· Una escucha reflexiva adecuada es fundamental

· La ambivalencia es normal

2. Crear una discrepancia

· Tomar conciencia de las consecuencias es importante

· Una discrepancia entre la conducta actual de los objetivos más importantes que se quieren conseguir motivará al cambio

· El paciente debe presentar sus propias razones para cambiar

3. Evitar la discusión

· Las discusiones son contraproducentes

· Defender un argumento provoca defensividad

· La resistencia es una señal que indica que se deben cambiar la estrategias que se han utilizado

· No es necesario usar etiquetas

4. Darle un giro a la resistencia

· Se debe aprovechar el momento actual con el fin de obtener el mayor beneficio posible

· Las percepciones pueden cambiar

· Los nuevos puntos de vista se sugieren, no se imponen

· El paciente es una fuente valiosa a la hora de encontrar soluciones a los problemas

5. Fomentar la autoeficacia

· La creencia en la posibilidad de cambiar es un factor motivacional importante

· El paciente es responsable de escoger y llevar a cabo un cambio personal

· Existe un cierto grado de esperanza en la amplia variedad de diferentes tratamientos de los que se dispone.

FASE I: CONTRUYENDO LA MOTIVACION PARA EL CAMBIO

En este punto se piensa que el cliente se siente ambivalente y se encuentra en la etapa de contemplación o incluso pre contemplación.

La primera sesión puede ser crucial y establecer tanto el tono como las expectativas para con la terapia. Las acciones del terapeuta incluso en una sola sesión tendrán una poderosa influencia sobre la resistencia del paciente y sobre los efectos a largo plazo. Es importante adoptar el enfoque más adecuado desde el principio para evitar caer en varias de las trampas que interfieran rápidamente en el progreso.

Trampa de preguntas-respuestas

Al inicio del proceso terapéutico, es fácil caer en un patrón en el que el terapeuta formula preguntas y el paciente responde con frases cortas.

Trampa confrontación-negación

Es la más importante que hay que evitar, y de hecho es la más frecuente. Los terapeutas caen en ella llevados por sus mejores intenciones, y a través de una comprensión no adecuada de los procesos motivacionales. Si un terapeuta inicia un dialogo de una forma no adecuada, la mayoría de los pacientes repetirán el patrón que tiene por costumbre.

Trampa del experto

El terapeuta entusiasta y competente puede, sin pretenderlo, caer en la trampa del experto a través de la impresión de tener respuestas para todo. Su efecto más frecuente es el de llevar a los pacientes a asumir un rol pasivo, que es incoherente con el enfoque básico de la entrevista motivacional -dar a las personas la oportunidad de analizar y resolver la ambivalencia por si solas-

Trampa del etiquetaje

Los terapeutas en ocasiones creen que es enormemente importante para una persona el hecho de aceptar la etiqueta que propone el terapeuta. Debido a que ciertas etiquetas acarrean un cierto tipo de estigma en la gente, no es sorprendente que las personas con una autoestima razonable se resistan.

Énfasis prematuro

El terapeuta en ocasiones se quiere centrar rápidamente en los problemas que el paciente tiene con algo. Puede surgir una lucha en lo referente al grado de atención que se le debe de dar a lo que el terapeuta considera como el “problema”.

ESTRUCTURA DE LA SESION DE APERTURA

· Cantidad de tiempo de que se dispone

· Explicación de su rol y de sus objetivos

· Descripción del rol del paciente

· Comentario de los aspectos que se trataran

· Una pregunta abierta

CINCO PRIMERAS ESTRATEGIAS

· Preguntas abiertas

· Escuche reflexivamente

· Afirmar

· Resumir

· Provocar afirmaciones auto motivadoras


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CARACTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN CLÍNICA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

El estudio de los problemas de conducta del niño y el adolescente es relativamente reciente, ya que antes del siglo XX, las concepciones que se utilizaban para explicar sus problemas de comportamiento y trastornos de la conducta eran los mismos que con los adultos. No existía una psicología infantil.

La intervención terapéutica con niños y adolescentes tiene características específicas:

- Tiene por objeto la conducta del niño/adolescente y las variables que lo controlan en el momento presente.

- Se fundamenta en los principios teóricos y hallazgos empíricos de la psicología científica, especialmente de la psicología del aprendizaje.

- Supone que la mayor parte de la conducta se adquiere, mantiene y modifica por los mismos principios, tanto si es adecuada como si no lo es.

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Se deben considerar múltiples factores en la intervención terapéutica: quién solicita la intervención, el terapeuta debe considerar realmente si la conducta considerada problemática por los adultos, lo es en realidad, ya que pudiera ser una simple etapa del desarrollo. La evaluación debe considerar la conducta manifiesta y la encubierta.

Se debe enfatizar la conducta manifiesta, no restringir ni limitar, ya que las respuestas manifiestas se acompañan de experiencias subjetivas, de respuestas psicofisiológicas y procesos de pensamiento más o menos elaborados, según el nivel en el desarrollo cognitivo.

En las intervenciones terapéuticas debe existir colaboración de los adultos y los compañeros, ya que ellos suelen tener control sobre elementos significativos para los niños y pueden ayudar a generar cambios en las conductas de sus hijos.

Se busca lograr la mayor adaptación y autonomía del niño en su entorno, respetando sus derechos, el terapeuta nunca debe intervenir en contra de la ética y/o los intereses del niño y este es un asunto bastante complejo.

Los niños tienen el derecho de recibir tratamientos eficaces que resulten lo menos intrusivos.

La selección de estrategias de intervención está influida por el conjunto de variables que deben ser consideradas o controladas a la hora de evaluar y tratar un problema de conducta.

Mash y Terdal proponen seguir una secuencia: determinar el objetivo de la evaluación, concretar la naturaleza del problema, especificar las características concretas del paciente y de su familia (nivel socioeconómico, cultural, relaciones familiares), concretar el contexto en el que se va a llevar a cabo la intervención terapéutica y delimitar el tratamiento que se va a aplicar.

Seleccionadas las estrategias de evaluación y tratamiento que determinan la intervención terapéutica, se procede a aplicarla.


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DIAGNOSTICO EN LA INFANCIA

principales trastornos que se diagnostican por primera vez en la infancia, la niñez o la adolescencia

RETRASO MENTAL.

Limitaciones sustanciales en el desenvolvimiento corriente. Se caracteriza por un funcionamiento intelectual significativamente inferior a la media, que tiene lugar junto a limitaciones asociadas en dos o más de las siguientes áreas de habilidades adaptativas: comunicación, cuidado personal, vida en el hogar, habilidades sociales, utilización de la comunidad, autogobierno, salud y seguridad, habilidades académicas funcionales, ocio y trabajo. El retraso mental va desde leve, moderado, severo o profundo.

· LEVE. Se los denomina los de la “etapa educable” son alrededor del 85 % de las personas afectadas por el trastorno. Suelen desarrollar habilidades sociales y de comunicación durante los años preescolares (0-5 años de edad), tienen insuficiencias mínimas en las áreas sensorio motoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños sin retraso mental hasta edades posteriores. Generalmente requieren de supervisión, orientación y asistencia, especialmente en situaciones de estrés social o económico desusado. Contando con apoyos adecuados, los sujetos con retraso mental leve acostumbran a vivir satisfactoriamente en la comunidad, sea independientemente, sea en establecimientos supervisados.

· MODERADO. Este grupo constituye alrededor del 10 % de toda la población con retraso mental. Adquieren habilidades de comunicación durante los primeros años de la niñez. Pueden aprovecharse de una formación laboral y, con supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal. También pueden beneficiarse de adiestramiento en habilidades sociales y laborales, pero es improbable que progresen más allá de un segundo nivel en materias escolares. Pueden aprender a trasladarse independientemente por lugares que les son familiares. En su mayoría son capaces de realizar trabajos no cualificados o semicualificados, siempre con supervisión, en talleres protegidos o en el mercado general del trabajo. Se adaptan bien a la vida en comunidad, usualmente en instituciones con supervisión.

· SEVERO. Durante los primeros años de la niñez adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo. Durante la edad escolar pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades elementales de cuidado personal. Se benefician sólo limitadamente de la enseñanza de materias preacadémicas como la familiaridad con el alfabeto y el cálculo simple, pero pueden dominar ciertas habilidades como el aprendizaje de la lectura global de algunas palabras imprescindibles para la “supervivencia”.

· PROFUNDO. La mayoría de los individuos con este diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada que explica su retraso mental. Durante los primeros años desarrollan considerables alteraciones del funcionamiento sensorio motor. Puede predecirse un desarrollo óptimo en un ambiente altamente estructurado con ayudas y supervisión constantes, así como con una relación individualizada con el educador. El desarrollo motor y las habilidades para la comunicación y el cuidado personal pueden mejorar si se les somete a un adiestramiento adecuado. Algunos de ellos llegan a realizar tareas simples en instituciones protegidas y estrechamente supervisados.

TRASTORNOS DEL ARENDIZAJE.

Implican dificultades para seguir un ritmo escolar normal, en niños(as) que no presentan retardo mental, ni dificultades sensoriales o motoras graves, ni de privación cultural. Estos trastornos provienen de alteraciones a nivel neurológico afectando áreas delimitadas del aprendizaje. Dentro de las causas de las dificultades de aprendizaje, que definitivamente existen o se dan en diversos grados de intensidad; no están únicamente deficiencias físicas, sensoriales, hay que tener en cuenta además situaciones escolares, sociales y de personalidad. La clasificación se distribuye del la siguiente forma:

1. De Lectura

2. De Calculo

3. Expresión Escrita

TRASTORNOS DE HABILIDADES MOTORAS.

El diagnóstico sólo se establece si interfiere significativamente con el rendimiento académico o las actividades de la vida cotidiana, y además no se deben a enfermedad médica (parálisis cerebral, hemiplejía o distrofia muscular) y no se cumplen los criterios del trastorno generalizado del desarrollo. También se ven afectadas la memoria de tareas motoras y la integración de funciones motoras. Ninguna de estas funciones motoras puede ser explicada por anormalidades neurológicas permanentes o localizables o por interferencia mecánica. Dentro de éste trastorno se encuentra:

Trastorno de Coordinación del desarrollo. Alrededor del 6% de los niños en edad escolar tienen algún grado de trastorno del desarrollo de la coordinación. Los niños que tienen esta afección pueden:

  • Tener problemas para sostener objetos
  • Tener una forma de caminar inestable
  • Chocar contra otros niños
  • Tropezar con sus propios pies

El trastorno del desarrollo de la coordinación puede aparecer solo o junto con otros trastornos del aprendizaje, como los trastornos de la comunicación o el trastorno de la expresión escrita.

Trastornos de la comunicación: estos abarcan los trastornos de lenguaje expresivo, mixto del lenguaje expresivo-receptivo, fonológico y tartamudeo.

Trastornos generalizados del desarrollo: dentro de estos se encuentran el trastorno autista, de Rett, desintegrativo infantil y de Asperger.

Trastornos por déficit de atención y de conducta perturbadora: estos consideran el trastornos por déficit de atención con hiperactividad, conductual y negativista desafiante.

Trastornos de ingestión y alimentación en la niñez o la infancia temprana: estos abarcan el trastorno de pica, de tmesis y de ingestión en la niñez o la infancia temprana.

Trastornos de tics: éstos incluyen el síndrome de Tourette, el crónico de tic vocal o motor y de tic transitorio.

Trastorno de eliminación: se ubican la encopresis y enuresis.

Otros trastornos de la infancia temprana, la niñez y la adolescencia: estos abarcan el trastorno de ansiedad por separación, el mutismo selectivo, trastorno de vinculación en la niñez o la infancia temprana y el trastorno de movimiento estereotipado.

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sábado, 12 de marzo de 2011

PSICODIAGNOSTICO CLÍNICO EN EL NIÑO



Aspectos Generales de la Evaluación del niño



MOTIVO DE CONSULTA

Los motivos por los que se lleva un niño a consulta con un especialista de la salud mental son múltiples y variados, por lo general son muy variados; por lo general son los padres quienes solicitan una evaluación para su hijo porque identifican en él algo que consideran un “síntoma anormal”, o porque alguna otra persona les señala que el pequeño tiene problemas.

Lo que puede tener valor de síntoma para los adultos no necesariamente lo tiene para el niño, por eso se debe tener en cuenta que no es él quien solicita la consulta, sino que son otros los que requieren que se le evalué y se le trate.

Una de las quejas más frecuentes por las que se lleva un niño a evaluación psicológica es por problemas de aprendizaje o escolares, esto tiene que ver con las expectativas y fantasías que los padres tienen acerca de sus hijos, para quienes resulta una herida narcisista el que sus pequeños no se desempeñen tan bien como otros.

La mayoría de los padres van angustiados o reticentes pues temen descubrir que la falla no es del niño sino de ellos mismos, lo que los lleva a presentarse con una transferencia negativa que en realidad se establece desde antes de conocer al psicólogo, y que va desde el temor hasta el franco rechazo.

Los padres pueden buscar en el psicólogo a un cómplice que les corrobore que el niño está mal y que no tiene remedio, a veces incluso prefieren descubrir que existe alguna causa de naturaleza orgánica, como el daño neurológico porque esto les permite aliviar la culpa que les genera su participación en la “falla” de sus hijos o bien desligarse del problema, puesto que imaginan que en esa caso el tratamiento se reduciría a darle un medicamento al niño. En algunas otras ocasiones los padres buscan que alguien se haga cargo del problema del niño que lo vea dos o tres veces por semana, pero sin que ellos tengan que participar. Muchas veces, los padres utilizan como pretexto a los hijos para pedir ayuda para sí mismos, el psicólogo debe identificar esos casos.

La primera labor del psicólogo que trabaja con niños podría consistir en hacerles ver a los padres que tienen que involucrarse y participar en el tratamiento de sus hijos, aunque a veces sea difícil que acepten su participación, sobre todo cuando el menor se ha convertido en el “chivo expiatorio” de la familia.

La obligación del psicólogo es lograr una comprensión objetiva de la situación; concuerde ésta o no con las expectativas de los padres y proponer el tratamiento adecuado.


ASPECTOS GENERALES DE LAS TECNICAS PSICOLOGICAS EMPLEADAS EN LA EVALUACION DEL NIÑO

Se tienen que recurrir a diferentes técnicas, una de las principales es la entrevista, además de pruebas psicométricas como proyectivas, así como algunas pruebas neuropsicológicas.

Casi siempre se dan resultados a los padres y en ocasiones, en especial cuando el estudio se solicita como una condición necesaria para que el niño permanezca en la escuela, habrá que valorar con ellos cuales datos se proporcionarán a la institución, si es que ésta los requiere, y cuáles no.


TRANSFERENCIA Y CONTRATRANSFERENCIA

La originalidad del pensamiento psicoanalítico consiste en que permite la observación más objetiva posible del comportamiento de un individuo a través del análisis de la transferencia, pues postula que cada paciente ver al psicoanalista tal como se lo imagina a través de sus deseos inconscientes. La transferencia es un fenómeno frecuente e incluso regular en el tratamiento; toda reivindicación respecto a la persona del médico es una transferencia. Para él, este mecanismo supone, en el pasado, la represión de un deseo y en el presente, en la relación con el médico, el mismo esfuerzo por rechazar ese deseo.

En el trabajo con los niños, el psicólogo necesariamente revive su propia infancia, la cual esta reprimida, esto hace que el trabajo sea más complicado que con los adultos, pues es posible que, sin darse cuenta, el profesional trate de darle al niño lo que no le dieron sus padre a él, o lo que hubiera querido que le dieran.


ASPECTOS GENERALES DE LA ENTREVISTA

Se hace con la “finalidad” de comprender a un individuo o grupo de individuos, o para que ellos mismos puedan “comprenderse”.

La entrevista abierta conduce a una investigación más amplia y profunda del entrevistado. L permitirle expresarse libremente, se logra que el individuo configure el campo de la entrevista de acuerdo con sus propias características, mientras que la entrevista cerrada, como todo instrumento estructurado e incluso estandarizado, sólo permite una comparación más sistemática de datos, lo que puede ser de gran valor cuando se trata de estudiar a grandes grupos.


ASPECTOS GENERALES DE LA EVALUACION DEL NIÑO

Tanto en la primera entrevista como en las demás deben observarse y tomarse en cuenta los aspectos verbales y no verbales, así como las expresiones que acompañan al discurso, la manera como se presenta el sujeto, la vestimenta, la apariencia general, cómo se sienta, tono de voz y el tono afectivo que prevalece durante la sesión.

ENTREVISTA CON EL NIÑO

La entrevista no solamente es con el niño, sino que también en necesario entrevistar a los padres, porque son ellos los que se responsabilizaran de la situación, de hecho, el pequeño ni siquiera puede llegar solo al lugar de la entrevista. Para el niño puede resultar cansado estar con el psicólogo 50 minutos o una hora, lo que tradicionalmente dura una entrevista, por lo que es posible tener entonces sesiones más cortas con él.

Cuando nos entrevistamos con el niño deben observarse todas sus conductas, ya que a través de ellas podrá obtenerse mayor información, comprensión y explicación de los resultados obtenidos a través de las diferentes técnicas que se empleen en el proceso de la evaluación psicológica.

Cuando se aplican pruebas psicológicas, se requiere registrar las conductas que presenta el niño durante su realización, observar la estabilidad de las mimas y, en caso de que exista algún cambio, debe considerarse qué nueva conducta se presentó y en qué momento.

Para estimular la comunicación y lograr una mejor relación con el niño pueden emplearse algunos recursos como son el juego y el dibujo, porque es la manera en que generalmente se comunican, además de que cualesquiera de estas dos actividades, por sí mismas, les causan un gran placer y les permiten liberar tensiones internas a través de la fantasía y, de este modo, manejar más fácilmente las situaciones que les resultan traumáticas.


USO DE OTRAS TÉCNICAS DE LA ETREVISTA

Es muy común que en la evaluación del niño el psicólogo recurra la historia clínica, sin embargo, es necesario señalar que el diagnostico nosológico que consiste en analizar los síntomas que presenta el niño y ubicarlos dentro de síndromes claramente especificados en las clasificaciones psiquiátricas (DSM IV –R).

Se propone una batería multimodal en la evaluación infantil, que puede ayudar a:

· Determinar fortalezas y debilidades de los niños y padres

· Entender la naturaleza del síntoma y qué tanto éste impide la funcionalidad del niño

· Evaluar que tanto el menor se encuentra en riesgo de presentar psicopatología u otro tipo de trastorno conductual

· Determinar las condiciones que inhiben al niño para desarrollar habilidades apropiadas, o bien que mantienen la conducta problema

· Proveer la información base en el establecimiento de un programa de intervención

· Proporcionar una guía útil que ayude al terapeuta a seleccionar la intervención clínica o educacional adecuada para ese niño en particular

· Evaluar los cambios que se den durante el tratamiento tanto en los niños como en sus padres o cuidadores

· Medir el impacto de la intervención en programas institucionales.


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